6 consejos prácticos para gestionar el estrés y relajarse

La vida nos ha presentado un tiempo desafiante a todos. Nos hemos enfrentado a un cambio enorme y ninguno de nosotros estaba preparado para ello. Es como navegar en aguas profundas, sin dirección y llena de incertidumbre. A pesar del cambio, el tiempo no se detiene y nuestras vidas deben seguir de alguna manera. Tenemos que mantener nuestro trabajo, nuestra escuela, nuestras relaciones y cumplir con las demandas de nuestra vida diaria como si nada hubiera pasado. Sin embargo, mantener el ritmo básico de la vida se ha convertido en una tarea agotadora.

Si te has sentido más estresado y ansioso de lo normal últimamente, definitivamente no estás solo. El estrés no es algo nuevo para la mayoría de nosotros, pero la actual situación ha agregado una capa de complejidad y perturbación. Por eso, creo que ahora, más que nunca, es crucial priorizar nuestra salud mental. Nuestro bienestar psicológico, emocional y social afecta en gran medida nuestras decisiones, nuestras interacciones con los demás y la forma en que moldeamos nuestro mundo.

La vida siempre nos presenta variables inesperadas, por lo que lo mejor que podemos hacer es tener las herramientas adecuadas para sintonizar nuestros pensamientos internos y hacer todo lo posible para manejar lo que venga. Esto nos dará un control inmenso sobre nuestras vidas.

Identificar la fuente de estrés

El primer paso para manejar el estrés es identificar su origen. ¿Estamos abrumados con el trabajo? ¿Estamos pasando por un cambio importante en nuestra vida? A veces, es obvio, pero otras veces debemos indagar profundamente para encontrar la raíz del problema.

Desconectarse del resultado

En el pasado, me preocupaba mucho por cosas que estaban fuera de mi control, lo que generaba estrés en todas las áreas de mi vida. Me di cuenta de que necesitaba desprenderme del resultado y abandonar cualquier expectativa que tuviera sobre mí mismo. Por eso, es importante trabajar continuamente en nuestra autoconciencia.

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Crear un ambiente relajante

Mi hogar, especialmente mi habitación, es mi santuario. Crear un espacio pacífico y relajado es muy importante para mí. Elijo colores neutrales y texturas cálidas y acogedoras. Hago de la cama el centro de la habitación. Al final del día, quiero poder regresar a mi zona libre de estrés. Y si no tenemos un ambiente así, podemos intentar crear una atmósfera relajante en cualquier espacio. Me gusta encender velas, utilizar difusores, escuchar música relajante y limpiar mi espacio. Apropósito, dedico tiempo a disfrutar de mi espacio, lo cual realmente ayuda a mejorar mi estado de ánimo cuando estoy estresado.

Expresar los pensamientos y emociones

Dejar salir los pensamientos y hablar sobre nuestros sentimientos puede ser un mecanismo de afrontamiento realmente efectivo. Podemos hablar con un amigo, un terapeuta o escribir en un diario. Lo importante es encontrar una salida para asegurarnos de que el estrés no se acumule. Ser escuchado puede hacernos sentir amados y apoyados.

Cuidar de nuestra salud

Cuidar de nuestros cuerpos es clave para aliviar el estrés a largo plazo y mejorar nuestra salud mental. No necesitamos realizar ejercicios vigorosos cuando nos sentimos estresados. Simplemente debemos atender nuestras necesidades básicas, como dormir regularmente, comer de manera equilibrada, beber suficiente agua y hacer ejercicio suave, como yoga o dar un paseo. Para mí, caminar en la naturaleza es una de las mejores formas de aliviar el estrés, ya que funciona casi instantáneamente. El cambio de escenario y el aire fresco tienen un gran impacto en cómo me siento y me ayudan a cambiar mi mentalidad.

Darse permiso para relajarse

¿Cuándo fue la última vez que te permitiste no hacer nada? Tomar una siesta bajo un árbol, acostarse en la cama sin el teléfono, perderse en un buen libro. En nuestro mundo moderno, encontrar formas de relajar nuestra mente es una habilidad. Darse permiso para no hacer nada en ese momento es un gran recordatorio de que no podemos apurar la vida y nos incentiva a vivir el momento presente. Todo lo que necesite hacer se hará, pero no vale la pena arriesgar nuestra salud y bienestar mental debido a la presión que nos imponemos.

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Respiración profunda

Cuando comencé a dar clases, me ponía muy ansioso al hablar en público. Es por eso que comencé a practicar ejercicios de respiración profunda. Al principio fue extraño, llevó tiempo acostumbrarme, pero noté de inmediato que calmaba mis nervios, relajaba mi mente y me ponía en un estado mental más tranquilo.

Priorizar las tareas difíciles

Noté que siempre pospongo las tareas más difíciles en mi lista de pendientes, como escribir un correo electrónico a mi jefe, hacer mis impuestos o programar una cita dental. Parece una tontería, pero al prolongarlo, solo me estreso más. Ahora, priorizo las tareas más desafiantes y olvido el resto por ese día. Esto realmente me ayuda a concentrarme en las cosas que debo hacer y me hace sentir mucho mejor.

Espero que encuentres útiles algunos de estos consejos y, sin importar por lo que estés pasando en este momento, espero que te cuides a ti mismo primero. Gracias nuevamente por ver mi artículo y nos vemos pronto. Cuidate, ¡hasta la próxima! Adiós.

 

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