La tecnología moderna, qué bendición tener la conveniencia de dispositivos y electrodomésticos para hacer nuestras vidas un poco más fáciles. Podemos hacer las cosas más rápido, comunicarnos mejor, y así en nuestro tiempo libre, podemos leer artículos en línea o disfrutar del contenido de la web.
Aunque se siente como si hubiéramos aumentado nuestra eficiencia, me pregunto si realmente hemos recuperado tiempo y, de ser así, cómo lo estamos utilizando. No me malinterpreten, estoy a favor del progreso: autos autónomos, entrega de comestibles a nuestra puerta, ordenar lo que queramos con solo un clic, es casi como magia ver cómo la tecnología puede ayudar a quienes lo necesitan.
Slow living: encontrar el valor en el proceso
Sin embargo, me pregunto si realmente necesito tanta conveniencia en mi vida, y si estoy dispuesto a trabajar más para poder permitirme ese lujo y comodidad. Agradezco tener esta elección, pero lo que quiero decir es que hay cosas en la vida que simplemente no pueden apresurarse, y a veces la tecnología que se supone que nos ayuda, parece estar quitándonos algo mucho más valioso. Y ahí es donde entra en juego el movimiento de slow living.
Me di cuenta de que mi idea de lujo no es vivir una vida cómoda en la que todo se haga por mí. Quiero estar completamente presente en cada momento, incluso si eso lleva más tiempo y esfuerzo, porque imaginen lo aburrida y sin sentido que sería la vida si pudieramos externalizar todo.
Hábitos de slow living
Estos son algunos de los hábitos de slow living que practico, que pueden ser menos eficientes, pero brindan más valor y significado a mi vida:
– Me encanta visitar el mercado de agricultores todas las semanas. No se trata solo de comprar productos para la semana o conseguir ofertas en flores, sino de disfrutar de toda la experiencia: ver a los artistas y su trabajo, escuchar las historias interesantes y sentirme inspirado por la pasión de las personas por sus productos.
– En lugar de apresurarme a través de las tareas diarias, espero no olvidar disfrutar de la experiencia. Estos momentos simples, entre los grandes, conforman la mayoría de nuestros días.
– Antes solía acelerar el audio de mis audiolibros, pensando que leer significaba terminar el libro de principio a fin. Pero me di cuenta de que algunas cosas llevan tiempo para comprender completamente y captar el significado. Algunos procesos, como crear una obra de arte, tener una conversación sincera con un amigo, aprender algo nuevo o sanar del pasado, simplemente no se pueden acelerar.
Más allá de la eficiencia
Entiendo que la eficiencia es crucial para las personas ocupadas, pero depender exclusivamente de ella a veces puede quitarle el significado a las cosas que hacemos. Solía disfrutar buscando el regalo perfecto para alguien que amaba y ver su rostro iluminarse de felicidad. Pero la vida se volvió agitada y fue más fácil simplemente comprar un regalo en línea y enviarlo directamente a su puerta. Pero nunca tenía el mismo sentimiento, y me di cuenta de que las relaciones se estaban volviendo demasiado transaccionales. ¿Estaba demasiado ocupado para las personas que amaba y, si es así, qué valoraba más?
Aunque las comodidades de la tecnología puedan añadir confort y lujo a nuestras vidas, no pueden reemplazar verdaderamente las cosas fundamentales en la vida. La sociedad puede pensar que soy ineficiente o que no me adapto a los tiempos modernos, pero para mí hay cosas en la vida que valen la pena dedicar tiempo. Hay más en la vida que solo ser eficientes y terminar tareas. Mi objetivo es encontrar un propósito en mi trabajo, ayudar a alguien y sentirme inspirado de alguna manera.
La importancia de relajarse y descansar
Cualquier máquina probablemente puede realizar una tarea de manera más precisa y eficiente que nosotros, pero ¿es la perfección realmente el objetivo final? Además, si no cometemos errores, ¿cómo creceremos y nos convertiremos en versiones mejores de nosotros mismos? Quiero que mis esfuerzos se centren en intentar ser mejor en el camino, porque siempre me he definido por mi progreso más que por mis logros.
Antes, ¿cómo viajaba sin GPS? ¿Cómo cocinaba antes de tener las recetas al alcance de mi mano en mi teléfono? ¿Cómo hacía cualquier cosa? Es cierto que es agradable tener ayuda a veces, pero he notado que aunque la tecnología puede agregar comodidad y lujo a nuestras vidas, no puede reemplazar verdaderamente las cosas fundamentales.
El valor de tomar el camino más largo
Desde allí, he aprendido a no preocuparme tanto por terminar ciertas cantidades de libros o completar una lista de tareas en un solo día, porque en última instancia, ¿cuál es el verdadero valor de eso? En su lugar, quiero poder hacer una pausa y reflexionar al final del día, sabiendo que todavía encuentro propósito en el trabajo que hago, ayudé a alguien o me inspiré de alguna manera, e incluso me divertí en el camino. Esos son los valores por los que quiero vivir mi vida, y a veces eso requiere tomar el camino más largo, y eso está bien.