Beneficio mucho de usar las redes sociales. Me mantengo en contacto con mi familia, encuentro personas con valores e intereses similares, y conecto con gente de todo el mundo, lo cual me ha brindado grandes oportunidades laborales. Sin embargo, cuando comenzamos a usarlas de manera excesiva o compulsiva, surge una correlación innegable con sentimientos de infelicidad, ansiedad, celos, soledad e incluso aislamiento.
Estas reacciones emocionales negativas no solo se deben a la presión social de compartir cosas y experiencias con otros, sino también a la comparación de posesiones materiales y la lucha por cumplir expectativas irreales, reemplazando las interacciones humanas con «me gusta» y otros comportamientos similares.
El problema más grande que he tenido con las redes sociales es la cantidad de tiempo que pasaba en ellas. No me daba cuenta de cuánto tiempo perdía viendo videos sin sentido o deslizándome por mi Instagram sin darme cuenta del tiempo que pasaba.
Estos hábitos se acumulan lentamente, quitándonos tiempo y energía. No es sorprendente, dado que estas aplicaciones están diseñadas para retener nuestra atención el mayor tiempo posible.
La importancia del control
Creo que está en nuestras manos recuperar el control de nuestro tiempo y enfoque para poder disfrutar realmente de nuestras vidas en un mundo saturado de tecnología.
Siempre busco formas de mejorar mi experiencia con las redes sociales y encontrar el equilibrio adecuado para mí y mi estilo de vida. Es aquí donde el concepto de «minimalismo digital» puede ser muy útil.
En su libro «Minimalismo Digital», Cal Newport define el minimalismo digital como una filosofía del uso de la tecnología en la que te enfocas en actividades cuidadosamente seleccionadas y optimizadas que respaldan fuertemente las cosas que valoras, y felizmente renuncias a todo lo demás.
Este enfoque proporciona un mapa para vivir una vida más centrada en un mundo cada vez más ruidoso. El objetivo del minimalismo digital es que podamos tener conversaciones prolongadas sin mirar constantemente nuestros teléfonos, divertirnos con amigos y familiares sin la necesidad obsesiva de documentar cada pequeño momento, estar informados sobre eventos actuales sin sentirnos abrumados y encontrar un mayor sentido a través de experiencias reales.
Aplicar el minimalismo digital en nuestra vida cotidiana
Hay algunas medidas prácticas que podemos tomar para aplicar el minimalismo digital en nuestras vidas diarias:
- Establecer barreras para evitar la tentación de mirar nuestros teléfonos todo el tiempo. Esto puede incluir desuscribirse de cuentas que no nos aportan ningún valor, desactivar las notificaciones, rastrear cuánto tiempo pasamos en las redes sociales o simplemente alejar el teléfono de nuestra vista cuando estamos intentando hacer un trabajo significativo.
- Realizar una «desintoxicación» de 30 días para restablecer nuestra relación con las redes sociales. Durante este tiempo, podemos volver a aprender comportamientos y hábitos anteriores al uso de las redes sociales y descubrir nuevas formas de disfrutar de nuestro tiempo.
- Identificar lo que valoramos en la vida y cuestionarnos si queremos pasar todo nuestro tiempo pegados a una pantalla. Al pasar menos tiempo en las redes sociales, descubrimos que tenemos más tiempo libre para hacer cualquier cosa que deseemos, como trabajar en proyectos personales, hacer trabajo voluntario, conocer nuevas personas o practicar yoga. Las posibilidades son infinitas y mucho más gratificantes que vivir a través de una pantalla.
Aunque cada persona tiene diferentes motivaciones para usar las redes sociales, hay tantas cosas emocionantes en el mundo de las cuales debemos estar presentes y no quiero perderme ninguna por pasar todo mi tiempo pegada a una pantalla.
Las redes sociales son una herramienta valiosa, pero siempre me aseguro de que su uso no supere lo que es real en mi vida. Gracias por leer este artículo y hasta la próxima.