Vivir una vida lenta y sencilla: los ingredientes clave

¿Qué se necesita para vivir una vida simple? ¿Es necesario mudarse al campo, cultivar alimentos propios y vivir en soledad? ¿Significa renunciar a tu trabajo, deshacerte de todas tus posesiones y vivir en un departamento vacío? ¿Es solo para aquellos que no encajan en nuestra sociedad moderna? Creo que hay muchas ideas preconcebidas sobre lo que significa vivir una vida simple.

Yo mismo tenía una idea construida en mi cabeza a partir de lo que veía en blogs de vida sencilla y creía que este estilo de vida era solo para unos pocos elegidos. Por supuesto, estas situaciones se aplican a algunas personas, porque al igual que cualquier estilo de vida, habrá versiones extremas. Sin embargo, para muchos de nosotros, sé que este enfoque no es realista en nuestras vidas reales y complejas.

Tal vez te preguntes, ¿qué pasa si tengo una ética de trabajo fuerte y valoro mi carrera? ¿Qué pasa si vivo en una ciudad con una familia? ¿Puedo seguir viviendo una vida simple y lenta? En los últimos años, he aprendido que vivir despacio es para cualquiera y en cualquier lugar que desee experimentar una vida más significativa.

Ya sea un padre ocupado en casa, un ejecutivo de alto nivel en tu empresa o algo intermedio, todos podemos encontrar una versión de vida lenta y aplicar estos principios cómodamente a nuestras vidas sin ir a los extremos. Todo lo que necesitamos es la intención y el deseo de algo más profundo que vivir nuestros días como un medio para un fin.

En el libro «La elogio de la lentitud», el autor Carl Honore dice que el movimiento lento no se trata de hacer todo a paso de caracol. Es por eso que la filosofía lenta se resume en una sola palabra: equilibrio. Sé rápido cuando tenga sentido ser rápido y sé lento cuando se requiera lentitud.

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Vivir despacio nos recuerda que debemos trabajar duro cuando sea necesario, pero también nos dice que debemos priorizar el tiempo de descanso. Usemos correos electrónicos y mensajes de texto cuando sea necesario, pero no olvidemos las conversaciones significativas cara a cara.

Apreciemos la conveniencia para satisfacer nuestras vidas ocupadas, pero no descuidemos la ética, los valores, las tradiciones y el arte. Es por eso que la vida lenta se ve diferente para todos. Nuestras vidas también son maravillosamente diferentes y diversas, y cómo decidamos implementar la vida lenta en nuestras vidas depende completamente de nosotros.

Con eso dicho, creo que sin importar quiénes somos o en qué situación nos encontremos, todos podemos beneficiarnos de usar menos tiempo en pantallas, invertir más en nuestras relaciones, apreciar nuestras comidas y disfrutar de nuestro entorno. Como dijo el autor, se trata de encontrar un equilibrio, encontrar el ritmo adecuado para nuestras propias vidas para que podamos estar más comprometidos e intencionales con nuestro tiempo.

Por supuesto, soy increíblemente afortunado de vivir en una isla donde estoy rodeado de hermosa naturaleza y donde la gente valora el arte de vivir despacio. La naturaleza abundante y el ritmo de la isla me animan a reducir la velocidad y definitivamente han influido en mi decisión de ralentizar mi propia vida.

La vida lenta no cambió drásticamente mi vida de la noche a la mañana, pero ahora puedo experimentar mi día a través de una óptica diferente. Durante el día, me siento más despierto, alerta y observador, y durante la noche puedo dormir mejor porque no estoy constantemente distraído por notificaciones y el ruido en mi cabeza. Sé que aún tengo mucho camino por recorrer en este proceso de desaceleración, pero ahora veo cada momento como una oportunidad para buscar placer en las simples alegrías de la vida.

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Vivir despacio y de manera sencilla no es para todos, pero si has sentido la necesidad de reducir la velocidad en tu vida, el deseo de vivir cada día con atención, profundizar la conexión con tus seres queridos y encontrar tu propio ritmo de vida, te animo a explorar la posibilidad de ralentizar.

Pregúntate qué son las pocas cosas verdaderamente importantes en tu vida y haz de esas cosas el centro de tus días.

 

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