¿Sabía que a veces no hay una causa orgánica para el dolor, sino que es puramente espiritual? También hay un caso en el que un dolor existente se ve exacerbado por algún tipo de trauma mental.
Enfermedades psicosomáticas
El término psicosomático en sí mismo se refiere al cuerpo (soma) y al alma (psico) y sus interacciones. Se denominan así los síntomas, enfermedades y dolores inexplicables que no pueden ser justificados por ninguna enfermedad de los órganos. Antes se pensaba que solo unos pocos síntomas podían tener un origen espiritual (dolor de cabeza, dolor abdominal, diarrea, aumento de la sudoración, lumbalgia), pero ahora se ha demostrado que casi todos los síntomas físicos pueden tener un trasfondo mental.
También es una cuestión de tendencia.
Pero, ¿cómo puede la enfermedad mental convertirse en dolor físico y por qué algunas personas son más propensas al duelo o al estrés, mientras que otras tienen más probabilidades de superar estos períodos? Los síntomas psicosomáticos generalmente ocurren en órganos que ya son más débiles o más problemáticos en el individuo. Por ejemplo, si alguien tiene una mucosa gástrica más débil, en una situación de estrés, le dolerá el estómago, si alguien es propenso a las migrañas , después de un día agotador, le empezará a doler la cabeza.
Diagnóstico
El camino para reconocer el dolor psicosomático suele ser a través de hallazgos negativos . La desventaja de un diagnóstico tan excluyente es que lleva mucho tiempo y el paciente se siente incómodamente afectado porque aparentemente no tiene nada de malo, pero sufre.
Más de una vez, su familia y amigos inmediatos, e incluso el propio médico, pueden comenzar a dudar de la veracidad de sus afirmaciones, lo que puede conducir al aislamiento y más tarde incluso a la depresión .
La solución
La ayuda de un psicólogo o incluso de un psiquiatra es absolutamente necesaria para el tratamiento del dolor psicosomático , pero no todo el mundo puede permitirse una terapia costosa. En este caso, también, vale la pena hacer un pequeño autoexamen, así que pregúntese qué podría lastimarnos y, si es posible, cambiar nuestra situación. El ejercicio, una dieta más saludable incluso pueden ayudar , e incluso una conversación significativa con amigos puede marcar una gran diferencia.