En nuestra búsqueda del amor y la posibilidad de tener descendencia, muchos de nosotros nos sentimos incómodos ante la idea de aparearnos con un hermano o cualquier pariente cercano, pero ¿cuál es el gran problema con el incesto en primer lugar? ¿Qué sucede realmente cuando se produce endogamia?
Lo primero que hay que entender es cómo se desarrolla cualquier rasgo que poseamos. Tienes una madre biológica y un padre que tienen su propio ADN único. Básicamente, heredas la mitad de tu ADN de tu madre y la mitad de tu padre. Estas combinaciones de ADN definen todo acerca de ti, pero en algunos casos, ciertos rasgos son más dominantes, como los ojos marrones, por ejemplo.
Resulta que muchas enfermedades o trastornos específicos son recesivos y requieren que heredes el gen tanto de tu madre como de tu padre. Cada uno puede ser portador de un gen sin manifestar la enfermedad, lo que dificulta saber si son portadores o no. Por lo tanto, si tu padre tiene un alelo para un trastorno, es muy probable que su hermano o pariente también lo tenga, ya que lo habrían heredado de sus padres o de otros parientes.
En ese sentido, es importante recordar que la endogamia en sí misma no crea mutaciones genéticas ni descendencia defectuosa, sino que aumenta la probabilidad de una combinación génica poco común. De hecho, incluso cuando ambos padres son portadores de un gen recesivo, todavía hay un 75% de probabilidad de que no lo transmitan a sus hijos, lo que resulta en hijos perfectamente sanos en relación a ese trastorno o enfermedad en particular.
Entonces, ¿es el incesto alguna vez beneficioso? No tanto en los seres humanos, pero algunas plantas y animales dependen de él. Por ejemplo, diferentes razas de perros son el resultado de apareamientos entre parientes con rasgos similares, como el color del pelaje, la altura o el tamaño del hocico. Sin embargo, también podemos observar los riesgos asociados a los perros de raza pura, muchos de los cuales sufren problemas de cadera, problemas oculares y más, mientras que los mestizos o aquellos con padres genéticamente diversos tienden a ser más saludables.
