El cuerpo humano es realmente asombroso. ¿Sabías que los conductos de aire en tus pulmones, si los pusieras en línea, tendrían una longitud de 2,400 kilómetros? ¡Eso equivale a una cuarta parte de la Gran Muralla China! También resulta curioso que tus uñas en la mano dominante crezcan un poco más rápido que en la otra, y esto es posible gracias a los tres huesos pequeños en tu oído que te permiten escuchar y mantener el equilibrio. Uno de estos huesos, el hueso del estribo, es el más pequeño del cuerpo, mientras que el fémur, localizado en el muslo, es el más largo y resistente, más fuerte que el acero y cuatro veces más fuerte que el concreto.
De adulto tienes 206 huesos, pero cuando eras bebé tenías 300. Aunque no es que los hayas perdido, más bien se fusionaron. Tus pulmones tienen la capacidad de inhalar 13 litros de aire por minuto, lo que da un total de 8,000 a 9,000 litros diariamente. Ahora exhala fuerte, pero incluso si empujas con todas tus fuerzas, siempre quedará un litro de aire en tus pulmones.
Del mismo modo, tu estómago nunca está completamente vacío, siempre contiene una quinta parte de una taza de ácido clorhídrico. Cuando estás boca abajo, el esófago evita que los alimentos parcialmente digeridos que están en tu estómago salgan por tu boca. Esto se debe a que el esófago está compuesto por músculos que se contraen en un movimiento ondulatorio llamado peristalsis, asegurando un flujo unidireccional y dificultando que nada se mueva en la dirección opuesta, a menos que, por supuesto, estés vomitando.
Regulación del calor y el hígado multitarea
El hipotálamo en tu cerebro se encarga de mantener una temperatura corporal óptima de 37 grados Celsius. Trabaja conjuntamente con las glándulas sudoríparas y los vasos sanguíneos de la piel para mantener esta temperatura. Cuando hace calor, los vasos sanguíneos se dilatan para liberar más calor y las glándulas sudoríparas producen sudor, que al evaporarse en la piel produce la sensación de frescura. Cuando hace frío, los vasos sanguíneos se contraen y se prioriza el flujo sanguíneo hacia los órganos vitales.
Hay quienes consideran que el hígado es el órgano más trabajador de todo el cuerpo, ya que realiza más de 300 funciones casi a diario. Considerando su importancia, no es sorprendente que sea el órgano interno más grande y el único que puede regenerarse completamente. Este todoterreno filtra todo lo que comemos y bebemos e incluso almacena hierro en forma de ferritina, produce bilis para ayudar a la digestión y convierte la glucosa en glucógeno para almacenamiento. En resumen, un órgano indispensable y versátil.
El equilibrio ácido-base y el sistema renal
Tus pulmones y tus riñones trabajan en conjunto para mantener y regular un pH óptimo de la sangre de 7.4. Si el pH es superior a 7.8 o inferior a 6.8, generalmente se produce la muerte. Cuando el pH aumenta, los riñones excretan iones de bicarbonato en exceso y los pulmones intentan conservar dióxido de carbono. Cuando el pH disminuye, los pulmones eliminan más dióxido de carbono y los riñones retienen más iones de hidrógeno.
Aunque tengas dos riñones, cada uno del tamaño de un ratón de computadora, ¡puedes sobrevivir con solo uno funcionando al 75%! Dentro de cada riñón se encuentra una red de 1 a 2 millones de nefronas, pequeños filtros capaces de filtrar de 110 a 140 litros de sangre por hora. Esto significa que toda la sangre de tu cuerpo se filtra a través de los riñones 400 veces al día. Un adulto tiene alrededor de 5 litros de sangre en cualquier momento, lo que representa el 7% de su peso corporal.
El milagro de la sangre y el crecimiento del cabello
Tu sangre está llena de glóbulos rojos. En este momento hay 25 billones de ellos circulando por una red de vasos sanguíneos de 100,000 kilómetros ¡increíble! Cada segundo, 2 millones de glóbulos rojos mueren y son filtrados por el bazo, pero no te preocupes, tu médula ósea está generando 2 millones de nuevos glóbulos rojos por segundo para reemplazarlos. Y hablando de crecimiento, ¡tu cabello es la segunda parte más rápida en crecer de todo tu cuerpo, capaz de crecer hasta 6 pulgadas por año!
Cuando naciste, tus pulmones estaban llenos de líquido. Aproximadamente 10 segundos después del nacimiento, inhalaste bruscamente en respuesta al nuevo entorno y comenzaste el proceso de respiración que sustenta tu vida.
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